Decenas de informes científicos en todo el continente dan cuenta de la relación directa entre las represas hidroeléctricas y la proliferación de determinadas enfermedades y epidemias. Hasta la Entidad Binacional Yacyretá y Ebisa produjeron informes que reconocen las consecuencias de las represas en la salud humana.

(*) Por Equipo de Comunicación Mesa Provincial No a las Represas

No represas Si la vida

Diversos estudios científicos e investigaciones académicas, concluyen en que la modificación de ecosistemas naturales y en regimenes hidrológicos como consecuencia de la construcción de grandes represas hidroeléctricas, tiene un vínculo directo con la proliferación de determinadas enfermedades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su programa Agua , Saneamiento y Salud, informa que “una importante fracción de las enfermedades relacionadas con el agua (principalmente las vinculadas a vectores), se atribuyen a la manera como se desarrollan y manejan los recursos hídricos. En muchas partes del mundo, los impactos adversos a la salud, son originados por la contaminación del agua, la construcción de represas, y las obras de irrigación”. En este sentido, la OMS desaconseja terminantemente la construcción de grandes represas en zonas de climas sub tropicales y tropicales. La OMS cuenta con una importante cantidad de estudios relacionados a las enfermedades que se presentan a partir de la construcción de grandes represas.

La doctora Blanca Raquel Ordoñez, médica especializada en Epidemiología e investigadora de la Organización Panamericana de la Salud, refirió en su informe Enfermedades de alto riesgo asociadas con grandes presas: “en cuanto a los problemas de salud específicos de las grandes presas, se observa que se relacionan con el agua; la mayoría con vectores de enfermedades humanas (mosquitos y otros antrópodos), que pasan alguna etapa de su vida en el medio acuático. Los padecimientos más comunes son esquitosiomiasis, tripanosioamiasis, oncocercosis, paludismo, fiebre, dengue, filariasis y leishmaniasis”.

La Oficina Sanitaria Panamericana es la Secretaría de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuya misión es cooperar técnicamente con sus países miembros y estimular la cooperación entre ellos, “para avanzar hacia el desarrollo humano sostenible”. Esta oficina ha generado un profundo estudio científico titulado “Epidemiología y control de la leishmaniasis en las Américas”, del cual participaron médicos de todo el continente y colaboradores externos de la Organización Mundial de la Salud.

“Esta publicación refleja la experiencia acumulada no solo por distinguidos especialistas del continente americano, sino también por aquellos que han tenido la oportunidad de emprender la lucha contra la leishmaniasis en otras regiones del mundo, bajo condiciones bioecológicas diversas” introduce el estudio.

A la hora de analizar la leishmaniasis visceral y cutánea, el informe señala que “se atribuye a diferentes factores, tales coma mejoras en la detección de cases, urbanización en áreas endémicas, grandes migraciones humanas hacia zonas de nuevos asentamientos, construcción de represas hidroeléctricas en bosques primarios, actividades de extracci6n en minas de oro y otros minerales, y apertura de nuevos caminos”.

El estudio disemina posteriormente, una serie de casos donde se detectan situaciones de expansión de la leishmaniasis en poblaciones aledañas a hidroeléctricas de distintos puntos del continente.

“Experiencias en el control de un foco de leishmaniasis cutánea en San Carlos, Antioquia”, se titula el estudio elaborado por los científicos Parra Henao y Echavarría JC, en relación a una situación disparada en una represa hidroeléctrica de ese municipio colombiano.

“Debido al incremento en el registro de casos de leishmaniasis cutánea (LC) en los empleados y contratistas de la Central Hidroeléctrica de ISAGEN ubicada en el municipio de San Carlos, Antioquia se realizó un estudio para identificar las especies del género Lutzomyia presentes en la zona y seleccionar las posibles vectores de LC. Se realizaron 14 capturas nocturnas de los flebótomos en los apartamentos donde residen los empleados y en tres bases militares ubicadas en los alrededores de la central hidroeléctrica. Se utilizaron trampas CDC y Shannon, además de papeles impregnados con aceite de ricino. Se identificaron cuatro especies y dos géneros de flebotomineos. Lutzomyia panamensis (31.7%) predominó en todos los sitios, se reconoce como vector demostrado de Leishmania panamensis en Panamá y sospechoso en Venezuela y Honduras. Lutzomyia gomezi (21.1%) se encontró principalmente en el intradomicilio, es reconocida como vector comprobado en Panamá y es altamente antropofílica, Lutzomyia bifoliata (24.6%). Basados en la abundancia de flebótomos encontrada en los sitios de muestreo, su comportamiento antropofílico y antecedentes vectoriales, se considera que L. panamensis y L. gomezi pueden ser las especies responsables dela transmisión de LC en la central hidroeléctrica de Isagen-San Carlos” detalla el informe”

Según el estudio “Bajo el caudal: El impacto de las represas del río Madera en Bolivia”, realizado por el Foro Boliviano de Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade), el dengue, malaria, y la leishmaniasis son algunos de los costos sociales que pueden sobrevenir con las estructuras de represas en la zona, situación que representa mayor gasto del Gobierno boliviano para aplacar los daños. El viceministro de Biodiversidad, Recursos Naturales y Medio Ambiente, Juan Pablo Ramos, explicó que Bolivia hizo una evaluación técnico-científica en 2008 que confirma los efectos negativos de esas obras.

“El país se mantuvo firme en el pedido de que Brasil debe rediseñar las represas, si no, detener la ejecución”, postura ratificada en el encuentro con autoridades de Brasil en marzo de este año.

El informe advierte que los niños serán el grupo más damnificado por la malaria, además de los inmigrantes. Los cálculos apuntan a que serán 13 veces más vulnerables con la nueva represa, en especial los menores, y hasta cinco veces más, la población en general.

Otro informe referido a hidroeléctricas en esa región se titula “Río Madera, la evaluación del impacto de las represas en la salud” efectuado por el profesional Pablo Villalba, de Bolivia. “Las obras hidráulicas de riego y represas crean y mejoran las condiciones de la existencia de vectores de una variedad de enfermedades, como la malaria, especialmente en las áreas tropicales. Esto es agravado por el aumento brusco de la población y su movilidad producido por obras de gran envergadura (WHO, 2000).

“Las represas del río Madera, parte del Complejo Río Madera (En adelante CRM), impactarán especialmente en el sistema hídrico del norte amazónico boliviano, donde se encuentra la mayor parte de su cuenca, favoreciendo el aumento y expansión de los vectores y producirán un incremento de los mismos” afirma ese informe.

Incluso un estudio referido al proyecto Garabí hecho por profesionales para Entes Binacionales Sociedad del Estado (EBISA), uno de los comitentes de los proyectos hidroeléctricos Garabí y Panambí, sostiene que “los nuevos asentamientos de migrantes en la región debido a los cambios económicos o culturales incorporarán factores negativos, facilitarán el ingreso o aumento de los vectores de hábitos domiciliarios como la vinchuca, los animales domésticos, mosquitos causantes del contagio de la fiebre amarilla, paludismo y dengue y la aparición de distintas parasitosis”. Ese mismo informe, en el capítulo titulado “Control de plagas” explicita que “el impacto más relevante tiene que ver con el establecimiento, como resultado de la formación del embalse de Garabí, de condiciones ambientales favorables para la proliferación de especies transmisoras de enfermedades humanas”.

Y se detalla: “En los relevamientos efectuados se constató la presencia de culicideos y simulidos que son citados en la literatura como potenciales vectores de endemias humanas. Los mosquitos de los géneros anopheles y aedes, potenciales transmisores del paludismo el primero y de fiebre amarilla y dengue el segundo, encontrarán también incrementados los ambientes aptos para su cría. En cuanto a los moluscos de importancia sanitaria, se han encontrado en el área los planorbideos biomphalaria tenagophila y limnas columella potenciales transmisores del schitosoma mansoni el primero y de fasciola hepática el segundo. Entre las enfermedades inevitables que traerán aparejadas la concreción del proyecto Garabí, el informe reconoce: malaria, dengue, fiebre amarilla, encefalitis, leishmaniasis, esquistosiomiasis, dermatitis esquistosómica y otras siete patologías de afectación en el ganado y otras especies animales”.

El documento de uso interno de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) denominado Plan de Manejo del Medio Ambiente (PMMA), describe textualmente que a cota 83 “se potenciarán las condiciones negativas con alto riesgo para la salud: malezas acuáticas, proliferación de mosquitos y enfermedades”.

“A cota 83, las condiciones desmejoradas en el embalse podrían traer modificaciones importantes y no suficientemente estudiadas aguas abajo”, señala el párrafo incluido en el esquema “Comparación cualitativa de las implicaciones ambientales a diferentes cotas” del PMMA de la EBY.

El PMMA de la EBY reconoce que uno de los impactos “no pronosticados” de la represa fueron lo denominados “embalsados”, que son básicamente las masas de vegetación y material orgánico de varias hectáreas y varios metros de espesor, que emergen a la superficie del embalse y empezaron a flotar arrastrados por el viento y la corriente. Estos “embalsados” tienen un impacto sensible con la calidad de las aguas.

Desde el Centro de Estudios Ambientales (CEDEA), la investigadora María Onestini aporta que “los problemas de la calidad de agua tienen un impacto directo a la salud de la población. Existe una amplia gama de enfermedades asociadas al agua, en particular en áreas subtropicales húmedas como la zona de influencia de Yacyretá. Estas patologías son enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, el paludismo, la leishmaniasis, la esquistosomiasis y las diarreas, que son acarreadas por contaminantes de las aguas y vectores que viven asociadas al recurso hídrico”.

También la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), organismo integrado por especialistas de toda América, presentó un informe ante el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) en el cual se expone “la vinculación entre los graves impactos ambientales y la violación a los Derechos Humanos que las grandes represas pueden causar”, según detalla el prólogo del libro que contiene el estudio, titulado “Grandes Represas en América, ¿Peor el remedio que la enfermedad?”.

Trabajaron en el informe múltiples profesionales y organizaciones no gubernamentales y de comunidades afectadas por grandes represas de todo el continente, que tomaron como objeto de estudio cinco casos “emblemáticos de distintas regiones de América Latina, incluyendo México, Centroamérica, la Región Andina, Brasil y el Cono Sur”. Uno de los casos observados, fue la represa Yacyretá, construida en Corrientes pero causal de infinitos tormentos en Misiones. El documento fue presentado en la Reunión Anual de Gobernadores del BID, que se llevó a cabo en Cancún.

Parte del estudio resume que “Yacyretá es un proyecto binacional implementado en los años 80, cuyos daños sanitarios, ambientales y sociales fueron identificados desde el comienzo de la construcción hasta el presente, y han sido ampliamente documentados incluso por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”.

Otro aporte interesante fue el que realizó el doctor e investigador mexicano Mauricio Schoijet, especialista en Estudios Ambientales y Estudios sobre Recursos Naturales sobre Energía, Política, Sociología e Historia de la Ciencia, en su informe “Una introducción a la problemática de los impactos de las grandes presas”, especifica: “la construcción de embalses modifica las condiciones naturales y con ello las condiciones de vida de las población y los patrones de desarrollo y propagación de enfermedades, creando condiciones que aumentan el riesgo de epidemias. La creación de lagos artificiales origina condiciones para la difusión de enfermedades relacionadas con la presencia de agentes portadores, que proliferan en aguas quietas, tales como insectos y caracoles. La difusión de las enfermedades es estimulada por los movimientos poblacionales que se originan durante la etapa de construcción de las presas”.

Show Buttons
Hide Buttons